Aunque ya no se encuentren a menudo, aún existen cerraduras decorativas antiguas que se mantienen en puertas o muebles porque aporta ese toque rústico y diferente al hogar. Dando un aspecto que a muchos les encanta. El problema es que no aportan demasiada seguridad, por lo que es mejor mantenerlas como cerraduras decorativas y contar con otros sistemas de protección.

Seguridad del hogar con cerraduras decorativas

Las cerraduras decorativas antiguas se caracterizan por tener un orificio que hace de cilindro de seguridad y las llaves de estas cerraduras se parecen mucho a las de Borjas. Estas son un cilindro alargado con una placa dentada en el extremo final. Normalmente se encuentran en puertas de madera. Pero se pueden instalar en puertas metálicas o de calamina.

Los diseños varían en multitud de formas, de ahí que sean tan buenas para decorar o mantener una estética específica. Sin embargo todas carecen de un nivel alto de seguridad, por lo que si se van a utilizar es mejor que sea como una cerradura auxiliar y no la principal.

Los sistemas de seguridad en las cerraduras han ido avanzando a medida que los delincuentes conseguían burlar sus defensas, cambiando totalmente el mecanismo que tenían anteriormente. Es por eso por lo que las cerraduras antiguas han quedado obsoletas, ofrecen muy poca resistencia mecánica ante las palancas o taladros.

Además, generalmente las cerraduras decorativas antiguas estaban fabricadas en hierro forjado: que es un material fácilmente oxidable, haciendo que con el paso del tiempo se deterioren rápidamente. La única ventaja del proceso de oxidación es que le da un aspecto viejo y desgastado que algunas personas buscan para los detalles de algún mueble o puerta. Hoy en día las cerraduras se fabrican en materiales que dificultan la creación de óxido.

Mantener una cerradura antigua

Si tienes una cerradura antigua en alguna puerta de casa o en un mueble antiguo, es bueno realizar un mantenimiento de vez en cuando para que se conserve en buen estado. Lo que los cerrajeros recomiendan es desmontar la cerradura para limpiarlas bien. A veces estas cerraduras vienen con una chapa remachada, por lo que habrá que utilizar una lima u otra herramienta para sacar la cabeza de los remaches.

Una vez desmontada hay que eliminar toda la suciedad acumulada en el mecanismo de la cerradura, y si es posible sumergirla en algún producto que la engrase. A continuación, con un cepillo pequeño se eliminan los restos que sobren del producto y se vuelve a colocar la cerradura antigua en su sitio.

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